Os dije que Cortázar había leído el cuento de Continuidad en los Parques, porque él tenía esta afición a leerse los cuentos y grabarlos. En este audio os dejo el cuento, de nuevo, pero leído por él. Lo gracioso es que da unas explicaciones graciosas sobre su acento al final del cuento. ¡Qué tipo más peculiar!
http://www.ivoox.com/cortazar-su-voz_md_2241548_1.mp3″ Ir a descargar

6 comentarios
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febrero 4, 2008 a 3:55 pm
miguel
Mucho mejor con tu voz, donde va a parar… Yo también lo despediría, jeje.
febrero 5, 2008 a 11:29 am
irreductible
Que no se te suba a la cabeza pero mucho más claro y más ameno tu versión…
El cortazar casi consigue dormirme!!…
Como curiosidad está bien… pero prefiero los tuyos 🙂
febrero 5, 2008 a 1:04 pm
laimposible
Le echaremos una oreja a las dos versiones.
A ver si nos vemos la semana que viene.
Vaya pedazo de fiesta te perdiste. Besos cholásticos.
febrero 5, 2008 a 2:08 pm
Manuman
No hay que olvidar que el cuento es de él, que las maravillosa composición de imágenes y sensaciones lo ha hecho el escritor argentino. Lo curioso es que la mayoría de los escritores que se suelen grabar a sí mismos suenan fatal. Así, Borges, Lorca o Gómez de la Serna, suenan raros, porque su calidad literaria no tiene nada que ver con su capacidad para la declamación.
Aún así, muchas gracias. Sigo pensando que es una responsabilidad el que os hayan gustado los cuentos. Me tendré que seguir esforzando.
febrero 10, 2008 a 4:15 pm
Fiona
Esteee… a Cortázar lo dejamos de guionista, te contratamos de “speaker”, y todos contentos. No llegas a advertir que al final venía una anécdota y paro la grabación a los cinco segundos. Aplausos para tu “capacidad de declamación” (ya nos conocemos y sé que no se te va a subir, je, je)
Saluditos
febrero 10, 2008 a 7:54 pm
Manuman
¿Tendrá algo que ver el hecho de que los grandes escritores no sean buenos “declamadores” para haber sido tan bueno? Habrá sido su manera de encontrar su propia voz, imagino.
En cualquier caso, les debo gran parte de mi afición a la lectura y, si alguna vez leí en voz alta, fue porque necesitaba hacer más presente sus palabras, llenas de genialidad.